
De los tropiezos uno aprende a levantarse y no volver a caer, y de los aciertos, a seguir el camino señalado. En el primaveral mes de marzo del año 1923, unos pioneros quisieron redefinir el concepto de whisky escocés que se tenía entonces y abrirse al mundo conquistando Europa y cruzando el charco rumbo a los Estados Unidos de América, pero no iba a ser fácil.
Convencer a los coetáneos de que aquella reinterpretación del whisky era buena fue poco menos que una locura, colarse en la nación de las barras y las estrellas mientras una férrea aunque burlable ley seca mantenía áridas las gargantas de muchos fue cuasi un imposible, pero Cutty Sark lo logró.
Esos tamaños impedimentos superados en los primeros años de existencia del whisky del clíper, con la perseverancia que siempre hay que mantener, quizás fueran los responsables de que un nimio error en comparación fuese adoptado como emblema de la marca. Y hablamos de un problema de imprenta, una falla en las primeras etiquetas de la marca realizadas por James McBey que en lugar de mostrar el color escogido por el diseñador salieron con el amarillo que hoy en día conocemos.
Y en homenaje a aquella anécdota y como tributo a la vasta historia de Cutty Sark, este mes de octubre se lanza al mercado una edición especial con la etiqueta en amarillo neón. Esta tirada, que se mantendrá a la venta en España hasta el 31 de octubre, podrá encontrarse en los principales establecimientos de alimentación y en tiendas especializadas.
Ilumina la noche con tu botella de Cutty.