
La destilería del Glenmorangie Sherry Wood Finish se caracteriza por su situación, una de las más norteñas, y su antigüedad, ya que los primeros documentos sobre destilación se datan en el 1703.
El Sherry Wood Finish destaca por su ligereza y especial dorado. Este whisky se cría durante diez años en barrica de Roble Blanco Americano, para ser trasladado después a barricas que han criado Jerez, dónde alcanzará la maduración final.
En nariz, destaca el aroma a vino de Jerez y un deje dulce a miel. Con agua, encontraremos aromas cítricos y nueces, con un fondo posterior de vainilla y caramelo. En boca es un whisky fresco y dulce, con el Jerez y las nueces como protagonistas.
El Glenmorangie Sherry Wood Finish se presenta en una botella de estilo clásico, con una capacidad de 70 centilitros. Este whiskey tiene una graduación alcohólica del 43%.